"EL BUCLE DE LA BÁSCULA"

El peso por sí mismo no nos da mucha información acerca del estado de salud de una persona. Es más, en determinadas circunstancias puede ser un enemigo que dificulte aún más la pérdida de peso.

Nos llega mucha gente a consulta obsesionada por el peso. A tal nivel que estas personas se pesan todos los días, incluso dos veces al día.

Pasa que se están esforzando mucho en cumplir “a rajatabla” el plan nutricional y se frustran ya que un día la báscula les marca un peso y al día siguiente marca otro. Un día pierde 300g y al día siguiente sube 100g.

Y esto les genera estrés y ansiedad.

Esta situación puede desencadenar en atracones, con su posterior sentimiento de culpabilidad o en restricciones aún más severas. Ambas situaciones perjudiciales para la pérdida de peso.

El estrés y las restricciones severas aumentan los niveles de cortisol. Esta hormona nos hará caer en un bucle fatal si no somos conscientes de lo que está pasando.
El cortisol liberado frente al estrés provoca la retención de líquidos en nuestro organismo, y por consiguiente un nuevo aumento de peso la próxima vez que nos subamos a la báscula. ¿Veis? Entraremos en el “Bucle de la báscula”.

Después de esto lo más normal es que decidas recortar más las calorías. Pero como ya hemos comentado, otra de las situaciones en las que se libera el cortisol es en periodos de dietas con pocas calorías. Te estará saliendo el tiro por la culata.

Además de la retención de líquidos, el cortisol alto está relacionado con mayor acumulación de grasa abdominal (mayor perímetro de cintura), promoviendo la obesidad central y mayor sensación de hambre.

Por ello os recomendamos que no os peséis todos los días ni que le deis demasiada importancia al número que marque la báscula. Intenta evadirte del ritmo frenético que muchas veces llevamos, dedica un par de minutos a relajarte o meditar.

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